LA CULTURA DEL CONSUMISMO

Se aproxima la temporada navideña y la época del año en donde se acentúan los sentimientos mezclados de nostalgia, amor, alegría y tristeza, llena de recuerdos felices y tristes, recuerdos de seres amados fallecidos, navidades pasadas y futuras, pensando en el nuevo año que viene y las múltiples metas que se pretenden lograr. Este es el verdadero sentido de la navidad, la fiesta más importante de la cristiandad. El nacimiento del niño Jesús y con ello del mundo cristiano y la cultura occidental.

Sin embargo, la navidad tiene otro significado, que se ha hecho cada vez más latente, especialmente durante el último siglo transurrido: La cultura del consumismo.

Es la época de mayor venta y comercio del año y la comercialización de la espiritualidad tiene su máximo representante en la figura idílica de Santa Claus.

Este personaje reconocido mundialmente, y basado en una figura histórica, San Nicolás, que si existió en realidad, estaba acorde con el sentido original de las fiestas navideñas. Para conocer la verdadera historia de Santa Claus puede acceder a

http://www.edaddorada.net/rubencedeno/santaclaus.htm

Sin embargo la mítica figura ha tenido una transformación con el transcurso del tiempo hasta convertirse en la imagen de todo lo que se puede comprar en navidad. Vender, regalar, la idea de que sin regalo no hay navidad, es lo que representa.

Desde sus origenes ha sido utilizado como un elemento comercial. Porque la imagen tal y cual la conocemos, con su vestido rojo y su gorro nórdico, nació por obra y gracia de la Compañía Coca Cola, en los años 50`s cuando se mandó al artista Habdon Sudblom a elaborar las famosas pinturas de Santa Claus con el color representativo de Coca Cola, en donde aparece rodeado de rubios niños en diversas estampas navideñas. y sobre todo, muchos, pero muchos regalos y juguetes.

El sentido representativo actual del personaje, raya incluso en el ateísmo, porque nunca, casi nunca se mezclan las imágenes del Nacimiento del Niño Dios y Santa Claus. Es decir, Santa Claus casi nunca habla del nacimiento del niño Dios, solo del amor, la generosidad, de dar y recibir, conceptos básicamente buenos, pero que en el fondo incitan subliminalmente al consumismo atroz y salvaje de las nuevas mercancías, utilizando como chantaje emocional los sentimientos de los niños de alegría y tristeza ante los cuales ningún buen padre se puede negar complacer.

Es lamentable como la cultura anglosajona ha invadido nuestros países con sus íconos. Un anciano bondadoso, caucásico y con ropa de invierno. Acaso la nieve cae en Chorrera o Penonomé para que existan casas con trineos y nieve sintética en sus techos?

En realidad, es agradable complacer a los niños con sus ilusiones y deseos, pero tambien hay que enseñarles el verdadero significado de la navidad, para que en el futuro, celebren la navidad con regocijo y alegría y no caigan nuestros hijos también en la cultura del consumismo.